Amelia Conde es una mujer apasionada por la música y la formación. Sus ojos se encienden cuando explica la metodología que emplea en sus clases o muestra a una neófita los diferentes instrumentos de su tienda Música 75, un negocio familiar que abrió sus puertas en el año 1975.
Desde 2006, ya como única responsable, ha reorientado este comercio- academia a su modo de entender el aprendizaje y la experiencia vital en torno a la música.
“La formación de música requiere mucha implicación. Yo creo mi propio material pedagógico, que perfecciono a través de la experiencia directa con mis alumnos y alumnas; es más, creo materiales a medida de cada niño”, explica cuando se le pregunta por la parte formativa de su negocio.
Para la comerciante, ya se trate de etapa infantil o de adultos, el formador debe intentar que la experiencia con el instrumento que quieran aprender sea lo más amable posible. Crear una atmósfera de seguridad es tan importante como la propia formación, porque sin motivación ni confianza, no hay progresos.
“Que alguien tenga la necesidad de aprender a tocar un instrumento es maravilloso, y lo que intento es preservar esa magia. Trabajo para que el alumno no vincule su aprendizaje a un esfuerzo desmedido sino a un camino natural. Defiendo la experimentación frente a una evitación al fallo. Solo desde esta perspectiva, el error se integra de forma natural en el proceso de aprendizaje”
AMELIA CONDE
En cuanto a la gestión empresarial, Conde destaca la importancia de la especialización, y “saber hacer equipo”, asegura durante la entrevista.
La sostenibilidad en el comercio Música 75
Amelia participa activamente en el programa Yo Soy Comercio Sostenible desde el año 2022. Durante estos dos últimos años, dice, sentirse, sobre todo, “emocionalmente acompañada” tanto por el resto de comerciantes adheridas al programa como las técnicas vinculadas al proyecto promovido desde la Cámara de Comercio de Burgos.
Para la educadora, la sostenibilidad en un comercio va más allá del ahorro energético y del uso responsable de los recursos, y subraya que el acompañamiento emocional es una de las clave para el desarrollo de cualquier proyecto, ya sea individual o colectivo; profesional o formativo.
“Ser comercios sostenibles implica trabajar, especialmente, esa parte menos evidente, que es la social: escuchar las propuestas de otras compañeras, la participación en un proceso creativo, saber enfocarnos a mejorar la vida de las personas y de nuestros barrios o desarrollar esa parte de crecimiento personal tan importante”
AMELIA CONDE
Desde este enfoque social, Música 75 es uno de los comercios que desde 2019 actúa como un espacio seguro para mujeres víctimas de violencia machista; entre sus retos: la creación de unas becas de música que incluye tanto a las mujeres como a sus hijos que han pasado por la experiencia del maltrato físico o psicológico.
“Todo comercio está integrado en un barrio, y lo que intento, día a día, es hacer comunidad”. Como ejemplo, Amelia ha recuperado un espacio en las traseras de su comercio, muy deteriorado, y ha diseñado un grafitti para crear un espacio de convivencia.
“También estamos volcados en la reutilización de instrumentos, la tienda funciona como escaparate de los instrumentos que no utilizan los clientes para que los puedan utilizar otras personas con menos recursos”.
Como buenas prácticas de residuos 0, la comerciante mantiene una política activa de reutilización y reciclaje- “Los embalajes de cartón se reciclan en muebles para la tienda y también intentamos que otros comercios puedan reutilizar los objetos de decoración de nuestros escaparates”.
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